¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a alguien predicar desde el libro de Rut? ¿Lo recuerdas?
En mi caso, puedo decir que fue mientras cursaba mi tercer año de estudios teológicos en Barcelona. Una de nuestras tareas como estudiantes era preparar diferentes tipos de sermones y evaluarnos unos a otros. Había (como te podrás imaginar) pocos estudiantes que pudieran decir que se morían de ganas de predicar frente a toda la facultad de teología. Eso significaba exponerte al escrutinio de un grupo de profesores y estudiantes que tomaban nota de cada uno de tus movimientos, tics, muletillas, controlaban tu tiempo y diseccionaban cada oración de esa magnifica predicación tuya.
Afortunadamente no era yo quién iba a predicar ese día, sino un estudiante que se encontraba en su último año de preparación. Nunca podría haberme imaginado que diez años más tarde, sería justamente esa predicación la que más recordaría de mi tiempo en el instituto bíblico. La predicación trataba sobre (**redoble de tambores**) el libro de Rut y puedo decir sin exagerar que hasta el día de hoy soy capaz de repetirla, palabra por palabra. Y la razón no tiene nada que ver con mi prodigiosa (<mentira) memoria, sino que se debe a que ese estudiante simplemente se limitó a leer el libro de Rut, desde el primer hasta el último versículo. Una vez leído el libro, fue y se sentó. Ninguna introducción, ninguna ilustración personal, ninguna metáfora. No miento cuando digo que fue la predicación más bíblica que he oído jamás.
El resto de los que estábamos sentados allí, esperábamos que este estudiante terminase de leer después de cada apartado, o cada vez que llegaba a un punto. Nos mirábamos con cara de incomodidad. Pero ese día, aunque muchos no nos dimos ni cuenta, se nos estaba enviando una especie de mensaje encriptado: el libro de Rut no necesita añadidos ni censura; la historia de Rut es una obra de arte, tal como está escrita en nuestras biblias. A esa conclusión he llegado después de dedicarle tiempo al estudio de esta joya del Antiguo Testamento, y quiero compartir aquí algunos de mis pensamientos.
Mi objetivo es hacer énfasis sobre ciertas particularidades del libro de Rut que, por razones naturales, me son imposibles de discutir en toda su profundidad en este blog. Sin embargo, espero que estas entradas puedan servir como un disparador de curiosidad que despierte un interés genuino por desempolvar los tesoros escondidos (y no tan escondidos) de este libro.
El trabajo está estructurado de manera que primero se presenta información general acerca del libro de Rut; en otras palabras, hablaré de lo que se encuentra detrás del texto. Aquí intentaré resumir algunos asuntos como la autoría, la forma, el contenido y el contexto histórico que, a pesar de que no suene muy divertido, nos ayudará a entender mejor el mensaje del libro. En segundo lugar, leeré el libro de Rut desde una óptica de género, una perspectiva que si se mira a nivel histórico es relativamente nueva; intentaré aquí plasmar lo que ésta perspectiva aporta para entender lo que se encuentra en el texto y delante del texto. Con esto me refiero a qué es lo que el texto dice en sí como una historia y qué es lo que nos puede decir hoy. En esta segunda parte también aprovecharé para analizar los aportes del libro de Rut en relación con el género y examinaré cómo se presenta esta historia en diferentes biblias para niños.
Para terminar, concluiré con un resumen de lo que he aprendido. Con la ayuda de Dios, espero ser capaz de bajar algunas líneas teóricas hacia una práctica que se ajuste a situaciones reales. También espero crear un poco de reflexión en torno al uso del libro de Rut como material de educación cristiana.
EXCELENTE soy estudiante de teologia y debere predicar sobre Rut
¡Me alegra que te haya servido de ayuda, Carlota! ¿Dónde estudias teología? Te deseo lo mejor en tus estudios.